Miro adelante

Ahora, en el aeropuerto de Doha, miro hacia atrás, y sonrío.

No tengo memoria suficiente para retener todo lo vivido, pero tengo la certeza que mi piel se ha quedado con todo. Para mi recuerdo en papel quiero escribir mis últimos regalos. El paseo por el Mekong, el último anochecer en Laos, la ruta en bici por la historia de Angkor Wat, los té con un gran tipo de Siria que vive su guerra desde Camboya, un circo transgresor en Siem Reap, y la Bangkok con el amigaso Pol caminando desde el suelo y disfrutada hasta una planta 26. Todo, al lado de miGente, ese lejoscerca que me llena la vida.

Solo puedo que juntar las palmas de mis manos, acercarlas a mi frente, nariz y boca, bajar un poco la cabeza y decir a alma abierta: cąm on, khobchai, akún, kop khun khap, thank you, gracias, y merci.

Y miro adelante, y sonrío.

Sigo río abajo

Y me fuí a Luang Prabang, Laos, a buscar espiritualidad.

Encontré templos increíbles al girar la esquina, monjes de naranja paseando por cualquier calle, pueblo que enciende sus fuegos cada mañana para ellos, calma en los budas del monte Phou Si, y un mantra de 1 hora y cuarto que acabó por hacerme descansar la cabeza.

Y luego encontré el espíritu de la historia y sus elefantes. Busqué dignidad para conocer, y encontré Elephant Conservation Center, en Sayaboury, a 3 horas en furgoneta y un rato en barca. Gente que intenta girar con cuidado la tendencia de una extinción segura, sin solo criticar y ya, sino trabajando proyectos, contando con el pueblo y sus mahouts, para cambiar cosas. Y al final, situando el lugar del cambio real en lo q en cualquier lugar del mundo hacemos en nuestras casas, esas que pueden evitar la deforestación y la destrucción del medio ambiente.

Gente, nos estamos cargando el planeta, y veo una buena idea dejar de mirar culpables, y ser solución.

Sigo río abajo.

Goodbye Vietnam

Y hasta Aquí Vietnam!

Quizá este país ha perdido un poco su esencia; quizá las nuevas generaciones han olvidado muy rápido el pasado que luchó contra el poder; quizá han colocado iconos para que los dólares vengamos a darles una mejor vida; quizá se han cambiado budas por teléfonos móviles.

Pero al final creo que un viaje es cuestión de adonde mirar. Mi historia de 23 días, unos 2.900 km sobre ruedas, y algunos otros andados, es de un país en que he podido confiar, que me han ofrecido té en cualquier lugar, que me han abierto casas, y que me han cuidado en cada llegar. He visto paz en la gente mayor, jóvenes que me han compartido comida, y una chica de ellas, os lo juro, que cree de verdad. He llegado a pueblos que les ha sorprendido que esté, me han hecho fotos, y peqes me han venido con la inquietud de hablar inglés. Me han puesto un taburete en ciudades y parques, he tenido calma en una barca con gente, he conocido vendemotos que compran, mecánicos que escuchan, y cociner@s que cocinan para mí. Y he tocado bonsais que alguien detalla perfecto, un puente que han construido varias veces, marionetas en el agua, un helicóptero de la guerra, inciensos que queman en espiral, un lápiz que escribió la historia, y mucha buena fe.

Solo puedo que agradecer, hasta de las llúvias, por ayudarme a sentir mi cuerpo, y poder decir ahora sí un: “Goodbye Vietnam!”

Aprendo

miGente, ¡q subidón de adrenalina es llegar!

Hemos llegado a la cima más alta de Indochina, 3.143 m de Fansipan; hemos llegado a la frontera más norte con China, el Lung Cu Flag; y visto estar tan arriba, se nos ocurrió ir al Km 0, al mar, y ayer llegamos. Las sensaciones, increíbles, aunque son instantes, confieso q vivo de ellos para despertarme.

Pero trato de aprender del camino, del ritmo lento, de cada curva mojada, de cada subida con fuerza, de cada bajada con calma. Aprendo de ruidos de mecanismos, de aceites y gasolina, de espaldas cargadas de infinitos, de tormentas q abren puertas; de perderme para encontrar, de gente con años q sabe empezar; de q el comunismo está con los vecinos, q la religión es la família, q las cosas se dan con las dos manos, q un saludo me cambia el día.

Y aprendo q en el camino, por mucho q nos empeñemos, no hay todo seguro. Hay “path”, q ahora sé q significa camino en inglés, y suena como Paz, esa q busco con cada utopía, esa q me ayuda a caminar.

Seguimos!!

Puede que sea una Locura

Puede ser que sea una locura comprar una moto vietnamita a un tipo que me presentaron en la calle; ponerme a la carretera de un país q no conozco (yo que me pierdo de camino a cualquier lugar); del que nos hablamos diferente, del que sólo he leído, y aún les leo poco; y querer pasearlo y llegar a lugares que son mi único password: Mai Chau, Moc Chau, Nghia Lo, Than Uyen, Sapa.

Pues hoy, que ya puedo sostener que ese motor se apagara mañana, después de 5 días en ruta, unos 650 km recorridos, de 1000 colores entre arrozales y cielo, de trabajos de campo, artesanos de cualquier cosa, hello’s de peqes, ojos de gentes, alguna llúvia, olores, y aires en la cara, puedo decir que es la locura, si lo es, más divertida que se me podía ocurrir aquí. Esas que me hacen sonreír.

Acomodaditos en mi mochila

“Y es que un lejos jamás depende de la distancia, sino de la voluntad. Y es que decir lejos es decir ningún sitio. Es decir que ya no. Que se mueran los lejos con la gente que quiero.

(…) Por eso yo al menos, necesito sentir cerca esa gente, sobretodo cuando estoy solo, sobretodo cuando estoy disfrutando de mi soledad. La mejor forma de estar contigo mismo es cuando sabes positivamente que no lo estás. Es entonces cuando puedes abandonarte en el silencio y la distancia buscada. Porque sabes que es soledad elegida, y no esos otros tipos tan terribles de soledad”

R. Mejide

Gracias miGente, acomodaditos en mi mochila.