El mensaje esta vez no vino de dentro de una botella, sino de su pegatina que ponía: “Everest”. Nos miramos, sonreímos, por dentro yo casi que más, y ese hilo transparente que nos une, dibujó: éste es el siguiente Paso. Casi nada de ropa, casi nada de lo que toca, solo nuestro Creer. Unas risas en la tienda de alquiler, comprar unos vuelos al aeropuerto más peligroso, un mensaje bonito a su familia, un insoñable para mí a punto de Ser vivido, la guitarrita nos la llevamos, y… tantas cosas que pueden venir después de este y… que me quedo en que Hoy, reEscuchando estos Latidos, aún no me puedo Creer, como fuimos capaces de Intentarlo.
Porque hasta ir a caminar por el Camino que lleva a la Cima del Mundo,
puede venir,
del Vivir Presente.
Un Paso, una Respiración.
