Puede ser que sea una locura comprar una moto vietnamita a un tipo que me presentaron en la calle; ponerme a la carretera de un país q no conozco (yo que me pierdo de camino a cualquier lugar); del que nos hablamos diferente, del que sólo he leído, y aún les leo poco; y querer pasearlo y llegar a lugares que son mi único password: Mai Chau, Moc Chau, Nghia Lo, Than Uyen, Sapa.
Pues hoy, que ya puedo sostener que ese motor se apagara mañana, después de 5 días en ruta, unos 650 km recorridos, de 1000 colores entre arrozales y cielo, de trabajos de campo, artesanos de cualquier cosa, hello’s de peqes, ojos de gentes, alguna llúvia, olores, y aires en la cara, puedo decir que es la locura, si lo es, más divertida que se me podía ocurrir aquí. Esas que me hacen sonreír.










